El semáforo es un dispositivo fundamental para el tránsito de cualquier ciudad porque es el encargado de regular la circulación de todos los usuarios de la vía, ya sean automovilistas, ciclistas o peatones, a través de un sistema de luces de colores que asignan la prelación en un punto determinado.
Esto es de gran ayuda para agilizar el tránsito, sobre todo en horarios punta y en ciudades densamente pobladas, como Bogotá, por ejemplo.
Cabe destacar que la capital del país se ubicó en el primer lugar de las ciudades más congestionadas del mundo en 2019, según el ranking Inrix y que en 2021 quedo en la octava ubicación, en gran parte gracias a la implementación de sistemas cada vez más inteligentes que ha permitido bajar en hasta un 30% el tiempo perdido en trancones.
Por esta razón, la presencia de semáforos es tan importante en la vida cotidiana, pues son un elemento de seguridad para cualquiera que circule por la vía pública y una herramienta que permite optimizar el flujo vehicular.
Así, son varias las clases de semáforos que puedes encontrar en Colombia:
¿Quieres saber en qué consiste cada uno y cómo actuar frente a ellos? Continúa leyendo y conoce todos los detalles.
Como son parte del equipamiento vial y la señalética de tránsito que regula la convivencia en las calles, es muy importante que conozcas todas las clases de semáforos con las que podrías encontrarte al conducir un vehículo o, incluso, si decides salir caminando.
Los tipos de semáforos clasificados en el Código de Tránsito Terrestre son los siguientes.
Son los diseñados para controlar el tráfico de los automóviles que circulan por la vía y se instalan, generalmente, en un cruce o intersección de calles, aunque también hay otros que se ubican a mitad de una calle, como en un cruce peatonal o en el caso de los semáforos de carril.
Esta clase de semáforos están formados por distintas partes, entre las que destacan:
Según el sistema de control que utilicen los semáforos vehiculares, es posible encontrar unos de tiempo fijo, que se mantienen constantes durante su funcionamiento, y aquellos activados por el tránsito, que se valen de detectores para regular sus tiempos de prelación.
Los semáforos peatonales son los que tienen como función señalar el derecho de paso de los peatones y ciclistas. Estos se suelen ubicar en cruces o intersecciones, aunque también se les puede ver en medio de una calle donde existe un cruce peatonal.
Por lo general, estos semáforos tienen una altura menor que los dispositivos de control vehicular, ya que requieren menor distancia para que los transeúntes reaccionen, avanzando o deteniendo la marcha, según corresponda.
Visualmente, son bastante parecidos a los semáforos vehiculares, con la diferencia de que, en lugar de los 3 colores de lente tradicionales, aquí se emplean solo 2 señales: uno con una figura humana en rojo (Pare) en la parte superior y otro con la figura en verde (Pase), ubicado en la parte inferior.
Lo mismo para los semáforos orientados al tránsito de ciclistas, solo que en estos casos se reemplaza la figura humana por la figura de una bicicleta, pero funciona de la misma manera y, muchas veces, indican lo mismo que los peatonales.
En síntesis, la señal de esta clase de semáforos es simple: detenerse o continuar la marcha, sin puntos medios. No está de más decir que estos deben estar coordinados con los semáforos de control de vehículos, así los transeúntes no corren el riesgo de ser atropellados por los carros al cruzar en una esquina que está bien señalizada.
En esta categoría caben todos los semáforos que, aunque también se encargan de dirigir el tránsito de vehículos y peatones, quedan fuera de la clasificación antes mencionada. Es el caso unidades como:
Si conduces cualquier tipo de vehículo, debes saber que un semáforo que muestra luz roja es equivalente a un disco Pare, por lo tanto, la indicación al enfrentarte a un semáforo en rojo es detener totalmente el movimiento antes de llegar a la línea de detención que se marca en las intersecciones.
Hacer caso omiso de la señal de luz roja de un semáforo te puede salir caro porque se considera una infracción de tránsito y contempla una multa en dinero que alcanza los 30 SMLDV, es decir, $1.000.000, según los valores vigentes para 2022.
Además, en el caso de las motos, la autoridad de Tránsito podrá inmovilizar tu vehículo y dejarlo retenido en los parqueaderos, desde donde no podrás sacarlo hasta pagar la totalidad de la multa, sumado a los costos del parqueo y grúas que serán necesarias.