Las pastillas de freno, como su nombre lo indica, forman parte del sistema de freno del vehículo. Por esto, se trata de un componente muy importante para la seguridad del conductor y sus acompañantes, que debes revisar periódicamente y cambiarlas cuando presenten signos de desgaste.
Las pastillas de freno son las brindan fricción con el disco de freno (que está fijado a la llanta) para detener la rotación y parar el vehículo al accionar el pedal. Cuando no funcionan correctamente, aumenta la distancia de frenado y la posibilidad de accidentes en la vía.
El grosor mínimo de pastillas de frenos recomendado para su uso es de 2 mm. Sin embargo, el tiempo en el que se deben cambiar las pastillas de freno depende de las condiciones en las que se conduce, la forma de conducir de la persona y las indicaciones del fabricante.
Acelerar y frenar bruscamente puede acortar el tiempo de cambio de las pastillas de freno. Un sonido de chirrido fuerte al frenar es la señal más obvia de un problema. También un olor a quemado, residuos que caen de los frenos o la señal de advertencia del sistema de frenos se enciende.
Igualmente, es bueno saber que las pastillas delanteras se desgastan mucho más rápido que las traseras. Lo recomendado es hacer una revisión preventiva cada 20.000 o 30.000 km, aunque no se presenten ruidos al frenar.
En el caso de hacer el cambio, lo mejor es acudir al taller de confianza inmediatamente, ya que, si se retrasa este procedimiento, se puede dañar también el disco de freno, lo que elevaría el costo del servicio.
El procedimiento es bastante sencillo, pero dado que se va a manipular el sistema de frenado, siempre es aconsejable dejarlo en manos de profesionales si no se tiene experiencia en mecánica automotriz.
El proceso de reemplazo del componente consta de las siguientes etapas:
Se aconseja que, dentro de los siguientes 100 km de recorrido, se procure frenar suavemente para garantizar el buen estado de las pastillas.
El costo de cambiar las pastillas de freno traseras o delanteras depende del modelo del vehículo y el establecimiento en el que realice el servicio. El valor puede variar entre los $200.000 y los $700.000.
Generalmente primero se realiza una revisión general, que tiene un costo aparte y, a partir de ese diagnóstico, se realizan los cambios que se requieran. Es posible que también se deban cambiar los discos de freno u otras partes del vehículo.